46 - Cultura de la distracción
Lo que nadie cuenta sobre el lado oscuro de las redes sociales
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👫 Cultura de la distracción
El libro más vendido en EEUU los dos últimos meses fue La generación ansiosa, de Jonathan Haidt, sobre los efectos del uso y abuso de las redes sociales. Su verdadero éxito es poner rostro a otra de las grandes pandemias silenciosas de nuestro tiempo: la escalada de depresiones y suicidios, especialmente entre los más jóvenes. En el gráfico se ven los datos.
El libro de Haidt ha desatado un movimiento social desde su publicación en marzo. Toda una generación, que tuvo una infancia basada en el teléfono, ha comenzado a elevar su voz contando cómo «los algoritmos hackearon mi generación». Nuestra juventud ha comenzado a amar lo vintage solo porque aparecen personas de su misma edad sin la ansiedad de tener que mirar constantemente en una pantalla. Algo que anhelan.
Una oleada de padres está pidiendo reformas legales para dar a sus hijos una infancia sin smartphones. Uno de cada cuatro niños británicos entre 5 y 7 años tiene uno.
Cultura de la distracción
Las aplicaciones de los móviles están especialmente pensadas para que corramos a consultarlas rápidamente, en cuanto oigamos el aviso de un nuevo like, una nueva visita o un nuevo comentario. A nuestro cerebro le genera un chute de dopamina, una de las denominadas moléculas de la felicidad, por provocar placer y relajación, en niveles equiparables a los de los opiáceos o el sexo más salvaje.
Al visitar las redes constantemente, reforzamos ese hábito hasta llegar a tener una verdadera adicción. Este ciclo nos tiene literalmente dopa(mina)dos.
El gráfico proviene del artículo «Cultura de la distracción», en el que Ted Gioia hace un crudo retrato sobre las otrora llamadas industrias culturales.
Ya no es que los artistas y generadores de contenidos estén literalmente desperdiciando su talento en autopromocionarse en Tiktok en lugar de hacer arte, como contaba hace un par de meses, sino que el propio arte lleva camino de desaparecer por esta generalizada adicción a la recompensa inmediata.
Según relata Gioia el entretenimiento se comió al arte, la distracción al entretenimiento y la adicción a todo lo anterior.
Esta es la nueva cultura. Y su característica más llamativa es la ausencia de Cultura (con C mayúscula) o incluso de entretenimiento sin sentido: ambos son reemplazados por actividad compulsiva.
En su informe, muestra siete categorías que han sucumbido a la «cultura de la dopamina». Ya no se hace deporte, sino que se apuesta; no se escucha música sino tiktoks que comienzan directamente por el estribillo; no se escribe sino que se telegrafían tuits; y todo pensamiento se condensa en un meme.
Una vida de excitación
La adicción a los estímulos inmediatos es el origen de tanta enfermedad mental. El aburrimiento es para la mente lo que el sueño para el cuerpo. La dopamina son pastillas para no dormir para nuestra mente, la impide descansar. Mantiene nuestra mente sonámbula.
Otro de los efectos de esta cultura de la distracción es la pérdida de imaginación. Cuánto más contenido se consume en las redes, menor es nuestra capacidad para imaginar nuevas ideas, nuevos mundos, nuevas soluciones. En otras palabras, las redes sociales no sólo tienen todos nuestros datos sino que también están mermando nuestras habilidades para proponer e imaginar nuevas alternativas. Nos roban también nuestro futuro.
Lejos de terminar con negros nubarrones y distopías apocalípticas, quiero proponer un antídoto simple y poderoso: desarrollar nuestra imaginación.
Te propongo un pequeño juego. Pregúntate, o pregúntales a tus hijos si son pequeños, lo siguiente: ¿Qué es algo que estás deseando hacer? Dibújalo o escribe una historia sobre ello.
Según relata Jane Mcgonigal en Imaginable, los investigadores están encontrando evidencias científicas de que imaginar o pensar en escenarios futuros se relaciona con un mayor bienestar psicológico: «aumenta tu motivación y la probabilidad de hacer hoy cualquier cosa que tenga un beneficio a largo plazo».
Pensar en lo que harás en un año, o dentro de diez, hace por ti lo que ninguna red social: aumentar tu creatividad y salud mental. Piénsalo.
Puedes dejarme tu opinión en esta encuesta.
Realfood para tu cerebro
📏 Sistemas Sociales Transformadores
Un término que se va a empezar a popularizar es el de Sistemas Sociales Transformadores - TSS. Laureen Golden y Pascale Mompoint-Gaillard han recopilado los principios en común de todas las prácticas, métodos, procedimientos y técnicas que han aparecido en los últimas décadas y proponen una forma diferente de ser y trabajar juntos, desde Agile, Sociocracia, Teoría U o Teal, entre otros. El objetivo de las TSS es que se puedan aprender sus elementos centrales y transversales. Acaban de publicar un artículo en el que presentan esta iniciativa y alertan sobre el imperativo del aprendizaje ante los cambios VUCAH. Creo que esto supone un reenfoque a las diferentes modalidades de gobernanza colaborativa, para dejar de hablar de herramientas y centrarse en las necesidades, en este caso de aprendizaje rápido. Para mi, un Aha!
🧠 Diseño organizacional: the Either/Org Project
Stephanie Gioia lleva desde 2020 recopilando los mejores ejemplos de diseño organizacional y analizando los principales modelos: Reinventing Organizations wiki , Indigenous Governance Toolkit , Liberating Structures , New Ways of Working Playbook , Open Org Resource Library , Sociocracy 3.0, Pluriverse Pattern Language. Como resultado de su trabajo, ha creado una biblioteca de inspiración en la que se categorizan todos los patrones que proponen estos modelos en torno a cinco categorías y 31 preguntas de diseño, que se pueden ver en este gráfico.
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